lunes, 10 de septiembre de 2007

El estadio más absurdo del mundo

ÉRASE UNA VEZ UN ESTADIO que se ve mejor cuando está vacío. Normalmente, el Monumental pasa piola porque la 'U' anda de capa caída y juega sus partidos en familia. Pero basta que se presente una convocatoria multitudinaria para que el "coloso de Ate" ("El mejor estadio de Sudamérica", gordo González dixit) revele su verdadera naturaleza: la de monumento a la improvisación. Solo en un país como el nuestro puede suceder que alguien levante un estadio arrimado entre dos cerros, con una sola vía de acceso y pretenda, en esas condiciones, recibir 80 mil personas para un partido de selección, eso sin tomar en cuenta las particularidades que tiene el respetable público futbolero nacional (por ejemplo, llegar siempre sobre la hora).

Solo en un país como el Perú y en un club tan folclórico como la 'U' puede concebir la existencia de semejante elefante blanco. El Monumental es tan grande que sus tribunas vacías de los fines de semana llevan al hincha a la depresión, porque le enrrostran en la cara el poco vuelo que tiene su equipo. Cuando está lleno, es una invitación a la catástrofe y a la indignación. El Perú-Colombia fue otra clara demostración de que es el estadio peor ubicado del mundo. Realmente hay que ser muy hincha para caminar 20 cuadras de la Javier Prado y sentarse en un asiento de colores que por lo general está mugroso, y a veces, ocupado por otro tipo. Es una rara manera de entender el sacrificio del hincha. El amor serrano tiene un límite, incluso en términos peloteros. El mío, por lo pronto, ya se agotó.



(Bonus track: No todo es malo. También tenemos a Paolo Guerrero)

martes, 4 de septiembre de 2007

Lo justo, tío Alan


COMO A TODO EL MUNDO, los jotitas me caen simpáticos y más todavía después de lo que hicieron en el Mundial. No tanto, sin embargo, como parar darles mi dinero. Porque eso es lo que Alan García y Arturo Woodman hicieron el martes en Palacio de Gobierno. Les dieron plata del IPD, fondos públicos, plata de todos los peruanos, como le gusta decir a algunos. Escribieron un monto enorme en un cheque ídem y se lo regalaron. Encima, dijeron que la suma era modesta.

No es que no se lo merezcan, es que no les corresponde. Llegar a cuartos de final de un mundial, aunque sea juvenil, es un gran mérito, sobre todo en Perú. Pero, hasta donde yo tengo entendido, los premios establecidos por el IPD hace unos meses estaban destinados a los que obtenian medallas. Es decir, a los que se lograban meter en el exclusivo círculo de los ganadores. Los jotitas se quedaron cerca pero no llegaron y, como suele decirse, así es el fútbol. Para premiar su esfuerzo está el premio que les debe dar su Federación. Los homenajes no tienen por qué implicar premios en efectivo. Y todo esto no hace si no oficializar la discriminación hacia el resto de deportistas peruanos, tan sacrificados como los futbolistas, o incluso más. ¿Osea que al Estado también le gusta más el fútbol? Lo sospechábamos, pero no esperabamos una confirmación de esta clase.

Solo queda esperar, ingenuamente, que la próxima vez que un luchador quede entre los ocho mejores de un mundial, le caiga su cheque gigante de 16.000 soles, su foto abrazado con Alan (si quiere) y el tour por Palacio con Salón Dorado incluido.

Sería lo justo.